05 abril, 2010

¿Círculos o cuadrados?


"Sigue al número nueve" me dijeron, pero yo no lo vi muy claro. "No", le contesté, "no voy a seguir al número nueve, ¿porqué tendría que hacerlo?". Las voces siguieron repitiendo la misma frase una y otra vez, a las que una y otra vez recibían la misma respuesta. No. No voy a seguir al número nueve porque si, tan sólo dadme una razón, por estúpida que sea.

De esta forma el número nueve se marchó con la pequeña comitiva tras de si. Y del mismo modo en que salió el número nueve, entraron el cinco, el cuatro, el siete, el ochenta i dos... Todos los números fueron pasando ante mi, con sus seguidores desfilando orgullosos de pertenecer a su número, al Número. Y yo seguía sentada en las escaleras de la plaza, escuchando las voces que me incitaban a seguir siempre a cualquiera de los números que pasaban ante mi. "Síguelos!" insistían. "No", replicaba. Hasta que llegó un día en que las voces callaron. Simplemente desaparecieron, se esfumaron, y, mientras seguía viendo el desfile esperpéntico que los números me ofrecían, comprobé que ya no volverían nunca más. Se habían marchado con el treinta y tres.

Ahora ya no quedaban más que números que avanzaban en círculos ante mí. El pequeño espacio que yo ocupaba era sólo una parte de su recorrido, un alto en el camino, un círculo perfecto a la plaza, un círculo dentro del círculo eterno al que se condenaban. Yo no quería hacer círculos... Dejé de observar su movimiento. Tenía que pensar. No me podía quedar en aquella plaza para siempre. Cerré los ojos. ¿Cómo había llegado a aquella plaza? ¿Qué había más allá? ¿Cómo salir sin andar en círculos? Aquel mundo había sido pensado para eso, no se podía avanzar de otra manera... Abrí los ojos y vi una bolsa a mis pies. ¿Estaba allí antes? Dentro había un trozo de papel, un palo, cinta adhesiva y un rotulador. Y entonces todo empezó a fluir sin dudas y sin preguntas: cogí el trozo de papel, al que le escribí la letra "A", la pegué al palo con la cinta adhesiva, me levanté y, como si mis pies ya supieran dónde tenían que ir, empecé a caminar sobre la cuadratura del círculo.